AUSTENITIZANDO LA FUNDACIÓN DE LA FORTALEZA
El tratamiento térmico es el proceso indispensable que desbloquea las propiedades excepcionales de Tubería de acero inoxidable martensítico , convirtiendo su microestructura en una forma dura, fuerte y resistente al desgaste. Esta transformación se logra a través de tres etapas principales: austenitización, enfriamiento y revenido.
La primera etapa crítica es la austenitización. Esto implica calentar el tubo MSS a un rango de temperatura preciso donde la estructura ferrítica y que contiene carburo original se transforma completamente en una estructura cúbica homogénea, monofásica y centrada en las caras conocida como austenita (Gamma).
Control preciso de la temperatura
Las temperaturas de austenitización suelen oscilar entre 950 grados C y 1050 grados C (1742 grados F y 1922 grados F). La temperatura específica depende fundamentalmente del grado y del contenido de carbono; por ejemplo, el Grado 420, debido a su mayor contenido de carbono, puede requerir un rango diferente al del Grado 410.
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Objetivo: Disolver completamente todo el carbono y los elementos de aleación en la matriz de austenita. Esto garantiza la máxima dureza posterior.
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Riesgo de desviación: Un calentamiento demasiado bajo da como resultado carburos no disueltos, lo que reduce todo el potencial de dureza. Un calentamiento demasiado alto provoca un crecimiento excesivo del grano, lo que reduce gravemente la tenacidad y ductilidad finales del tubo.
Tiempo de remojo y precalentamiento
El tubo debe mantenerse a la temperatura de austenitización durante un tiempo de remojo suficiente para garantizar que toda la sección transversal se caliente uniformemente y los elementos de aleación se disuelvan por completo. Para tubos MSS de paredes gruesas o geometrías complejas, a menudo se emplea un precalentamiento en el rango de 650 grados C a 850 grados C. Este paso mitiga el choque térmico y minimiza el riesgo de deformación o agrietamiento durante la rápida transición a altas temperaturas.
ENFRIAMIENTO FORMACIÓN Y ENDURECIMIENTO DE MARTENSITA
El enfriamiento es la fase de enfriamiento rápido inmediatamente después de la austenitización. Su propósito es suprimir la transformación de la austenita en fases más blandas como perlita o bainita, obligándola a transformarse en la estructura tetragonal ultradura centrada en el cuerpo conocida como martensita (Alpha Prime).
Medios de enfriamiento controlados
El medio de enfriamiento y la velocidad se seleccionan cuidadosamente para lograr la dureza requerida y al mismo tiempo controlar la tensión y la distorsión residuales.
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Enfriamiento con aceite: Proporciona una velocidad de enfriamiento rápida, esencial para ciertos grados de MSS con alto contenido de carbono, pero conlleva un mayor riesgo de distorsión y tensión interna.
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Enfriamiento por aire o gas: se utiliza para grados con alta templabilidad, particularmente aquellos que contienen níquel o molibdeno. Proporciona una velocidad de enfriamiento más lenta y menos agresiva, lo que reduce significativamente la distorsión, lo que lo hace muy deseable para aplicaciones de tubos de precisión.
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Enfriamiento interrumpido (baños de sal): se emplea para minimizar los gradientes térmicos enfriando el tubo rápidamente a una temperatura justo por encima de la temperatura inicial de martensita (Ms), manteniéndolo isotérmicamente y luego permitiendo un enfriamiento más lento. Esta técnica es vital para minimizar el estrés interno y los cambios dimensionales.
La estructura inmediatamente después del templado es martensita sin templar, caracterizada por una dureza extrema, alta resistencia, pero una fragilidad muy alta. No es apto para uso directo.
TEMPLADO EQUILIBRIO RESISTENCIA Y RESISTENCIA
El templado es la etapa final y más crítica, un proceso de recalentamiento posterior al enfriamiento que se utiliza para ajustar las propiedades del tubo MSS para cumplir con las especificaciones de uso final. Alivia las enormes tensiones internas inducidas por el enfriamiento y mejora la ductilidad y la tenacidad a expensas de algo de dureza.
El espectro de temperaturas de templado
La temperatura, la duración y la velocidad de enfriamiento del templado determinan el equilibrio final de propiedades. La elección se rige por los requisitos de la solicitud.
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Templado a baja temperatura (150 grados C a 400 grados C): se utiliza para aplicaciones que exigen máxima dureza y resistencia al desgaste, como instrumentos quirúrgicos o tubos de rodamientos especializados. Conserva la mayor parte de la dureza apagada.
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Templado a alta temperatura (550 grados C a 700 grados C): Se utiliza ampliamente para productos tubulares para campos petrolíferos (O C T G) y otros componentes estructurales que requieren excelente tenacidad y altos niveles de resistencia. Este proceso produce sorbita templada, una microestructura óptima para la resistencia al impacto.
Evitar la fragilidad del temperamento
Una consideración crítica es el fenómeno de fragilización por temple, donde calentar o enfriar lentamente en el rango de aproximadamente 400 grados C a 550 grados C puede reducir severamente la resistencia al impacto del material. Para tubos de alto rendimiento, este rango de temperatura a menudo se evita cuidadosamente o el material se enfría rápidamente a través de él después del templado.
TENDENCIAS Y AVANCES DE LA INDUSTRIA
La demanda de tubos MSS de alto rendimiento, particularmente en los sectores energético y aeroespacial, está impulsando avances en el procesamiento térmico.
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Aleaciones avanzadas con bajo contenido de carbono: los grados más nuevos de 13 por ciento de Cr y súper 13 por ciento de Cr ahora son comunes para aplicaciones de servicios ácidos. Requieren protocolos sofisticados de templado de alto rendimiento (H P T) para garantizar el cumplimiento de los estándares NACE para la resistencia al agrietamiento por tensión por sulfuro (S S C) y al mismo tiempo mantener un alto límite elástico.
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Tratamiento térmico al vacío: Los hornos de vacío continuos modernos se utilizan cada vez más para los tubos MSS. El tratamiento al vacío minimiza la oxidación y descarburación de la superficie, que son problemas comunes en los hornos atmosféricos tradicionales. Esto da como resultado un acabado superficial más limpio y propiedades del material más uniformes a lo largo de toda la longitud del tubo, lo que reduce los costos de inspección y retrabajo.
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Tratamiento criogénico: para aplicaciones específicas de alta dureza, a veces se emplea un tratamiento criogénico o bajo cero hasta -196 grados C después del enfriamiento para transformar la austenita retenida en martensita. Este proceso maximiza la dureza y la estabilidad dimensional antes de la etapa de templado final.
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Simulación digital: el análisis de elementos finitos (F E A) es ahora una práctica estándar para modelar el flujo de calor y la transformación de fases en tuberías complejas o de paredes gruesas. Esto permite a los fabricantes predecir y contrarrestar la distorsión térmica, minimizando la ovalidad y la no conformidad dimensional.

